¿Extensión, ciencia aplicada o integralidad?




La LISTA CONFLUENCIA y la integralidad de las prácticas universitarias

Hemos impulsado numerosas propuestas que articulan investigación - extensión y docencia, que hasta el día de hoy se sostienen y siguen formando estudiantes y jóvenes investigadores comprometidos con las problemáticas de los sectores populares. Como lista acompañamos este proceso, orientando propuestas institucionales tendientes a reflexionar y colaborar en la solución de problemáticas sociales.

En tal sentido, es que participamos activamente en la construcción y concreción del programa de trabajo del Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitaria (CIDAC) que depende de la Secretaria de Extensión Universitaria de la Facultad. Este proceso de carácter instituyente interpela en su práctica el modelo hegemónico de construcción y gestión de conocimiento y se sostiene desde un permanente interrogarse respecto del qué, para qué, para quién y con quienes se construye conocimiento. Son precisamente estos interrogantes a los que se suma una postura definida respecto del rol del antropólogo, lo que está permitiendo la construcción de conocimiento implicado y por eso crítico desde el ámbito del CIDAC.

Este espacio es tributario además de las experiencias y reflexiones realizadas en relación al trabajo con organizaciones y movimientos sociales que vienen realizando el Programa Permanente de Extensión, investigación y Desarrollo en Comunidades Indígenas de la Argentina y del Programa Facultad Abierta, que trabaja con fábricas recuperadas por sus trabajadores.

Si bien las actividades del centro se inician en marzo del 2008, la inauguración de su sede física en el barrio de Barracas sur de la CABA en abril del 2011 permitió no solo amplificar la tarea emprendida por los 21 equipos de estudiantes, graduados y profesores que lo componen sino además constituirse en una actor social más dentro del barrio cuyos proyectos integran en su desarrollo a distintas organizaciones e instituciones locales.


 Es este abordaje territorial el que habilitó la vinculación con un conjunto de graduados insertos en organismos gubernamentales y no gubernamentales, centros de salud comunitaria, bachilleratos populares, escuelas y centros de formación profesional, en pos del desarrollo de propuestas concretas en función de las necesidades de los sectores populares que habitan el sur de la ciudad, constituyendo esto una nueva manera de integrar a graduados que no están insertos en la facultad.

A su vez, el conjunto de prácticas que se despliegan en el centro se direccionan a configurar una nueva dimensión: la integralidad de las prácticas universitarias en el nivel comunitario. ¿Que supone esto? El carácter activo de las mismas demanda una tarea exhaustiva y sistemática de investigación,  y que por su aporte a la construcción de conocimientos se despliega hacia la docencia y procura impactar en la formación curricular y extracurricular de estudiantes de grado y de posgrado. En tal sentido, ya se ha avanzado mediante la presentación de seminarios de grado y posgrado llevados adelante por graduados vinculados a las areas-problema del CIDAC (Seminario 2012:Aportes teórico metodológicos de la antropología al campo de la salud colectiva desde la práctica territorial; Seminario 2012:La niñez, la adolescencia y las políticas públicas: un abordaje desde la antropología; Seminario 2011:La Atención Primaria de la Salud desde un enfoque interdisciplinario).

Nos proponemos continuar con la tarea emprendida, afrontar sus desafíos e ir avanzando en la institucionalización. Tal vez, uno de los mayores desafíos en el proceso de institucionalización que buscamos tiene que ver con generar los mecanismos de evaluación de prácticas integrales y las modalidades de su acreditación para aquellos docentes que se constituyen en la interfase entre la universidad y el ámbito comunitario. Existen antecedentes respecto de la evaluación en el ámbito de  la investigación y en el de la docencia-enseñanza (con los cuales podríamos o no estar plenamente de acuerdo) pero no tenemos antecedentes respecto de la evaluación de los procesos integrales permitidos por el trabajo de extensión de los docentes. Consideramos que dichos mecanismos deben interrogar o mejor dicho dar lugar a la experimentación del movimiento sugerido por los siguientes interrogantes: ¿Cómo y con cuales herramientas se construye colectivamente la problemática social a trabajar?, ¿De qué manera se la investiga y se integra lo que se investiga con lo que enseña?, Cuales son los procedimientos por los cuales ello se vincula con lo que se discute, aprende y enseña con la población?, ¿Cómo deriva este proceso en un plan de acción?, ¿A partir de cuales instancias o procedimientos se revisa lo actuado? ¿De qué manera en la evaluación realizada intervienen los actores participantes?, ¿Con cuales instrumentos se ha desarrollado la sistematización de la práctica? Por supuesto que este proceso implica además la creación de ámbitos o interfases de formación porque no se trata solo de coordinar, ni se trata de enseñar a la manera en la que estamos acostumbrados intramuros. Se trata de asumirnos críticamente como partes integrantes de un proceso que nos desafía mutuamente en construir algo nuevo, se trata también de despertar y potencializar la capacidad creadora.



Por su parte, otro conjunto de experiencias con amplia participación por parte de graduados de la carrera se impulsa desde la SEUBE a partir de la posibilidad de presentar Cátedras Libres, Seminarios, cursos y programas de extensión, dirigir y participar de proyectos de Voluntariado Universitario y UBANEX. En los últimos dos años la mayor parte de los proyectos presentados desde la facultad han sido propuestos por graduados de la carrera. En todos los casos, sigue siendo una deuda pendiente equiparar, en cuanto al puntaje se refiere, las actividades de extensión con las de investigación en los concursos docentes. También nos comprometemos fuertemente a ello

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